Socialismo
El socialismo es un sistema social
y económico caracterizado
por el control por parte de la sociedad, organizada con todos sus integrantes, tanto de los medios
de producción como de las diferentes
fuerzas de trabajo aplicadas en los mismos.1 2 La RAE define el término socialismo así: Sistema de organización
social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal
de los medios de producción y distribución de los bienes.3 El socialismo implica, por tanto, una planificación y una organización colectiva consciente de la vida social y económica.4 Subsisten sin embargo criterios encontrados respecto a la
necesidad de la centralización de la administración económica mediante el Estado como única instancia colectiva en el marco de una sociedad
compleja,5 6 frente a la posibilidad de formas diferentes de gestión
descentralizada de la colectividad socialista, tanto por vías autogestionarias como de mercado, así como
mediante el empleo de pequeñas unidades económicas socialistas aisladas y
autosuficientes.7 8 Existen también discrepancias sobre la forma de organización
política bajo el socialismo para lograr o asegurar el acceso democrático a la sociedad socialista a clases sociales o poblaciones,9 frente a la posibilidad de una situación autocrática por parte de las burocracias administrativas.10
Las formas
históricas de organización social de tipo socialista pueden dividirse entre
determinadas evoluciones espontáneas de ciertas civilizaciones de carácter
religioso y las construcciones políticas establecidas por proyectos ideológicos
deliberados. De éstas se destacan, respectivamente, el Imperio
inca11 y la Unión Soviética.
Socialismo y
comunismo
Unos diez
años después de la aparición de los términos «socialismo» y «socialista»
surgieron en Francia las palabras «comunismo» y «comunista» y su uso se
difundió rápidamente. Étienne Cabet y
el neobabuvista Jean-Jacques Pillot las emplearon de inmediato y el
adjetivo «comunista» fue usado para referirse a un banquete organizado por
Pillot celebrado el 1 de julio de 1840 en las afueras de París en el que
participaron más de mil comensales, en su mayoría obreros, y en el que se
defendió la necesidad de aplicar reformas que no fueran meramente políticas
para alcanzar la «igualdad real».13 En junio de 1843 el poeta alemán Heinrich Heine, quien desde hacía más de diez años
vivía en París, advirtió de su crecimiento: «Los comunistas son en Francia el
único partido que merece atención».14
Desde
Francia los términos «comunismo» y «comunista» se difundieron por los Estados
alemanes y por Suiza, gracias al libro de Lorenz von Stein publicado en 1842 en Leipzigcon el título El socialismo y el comunismo en la
Francia de hoy (Der
Sozialismus und Communismus des heutigen Frankreichs) —Wilhelm Weitling, August
Becker y otros los
utilizaron enseguida—, y también por Gran Bretaña a través de otros canales. Así el
término «comunismo» fue sustituyendo progresivamente al originario de
«socialismo» o al menos se confundió con él.15
Según Jean
Bruhat, en la década de 1840 «comunista» y «socialista» no eran términos
completamente equivalentes ya que los comunistas se distinguían por unas ideas
que en ellos estaban más claramente afirmadas que en los socialistas, como la
realidad de la lucha de clases de la que se derivaba la necesidad de
la revolución —la conquista del Estado— para alcanzar la nueva sociedad, pues
para cambiar al hombre había que cambiar el régimen económico y social en el
que vivía, como lo advirtió el neobabuvistaThéodore Dézamy cuando criticaba a los que creían «que
para modelar al hombre a su gusto bastaría proponérselo de un modo testarudo y
enérgico».16 Estas diferencias fueron las que
motivaron que Karl Marx y Friedrich Engels adoptaran el término «comunista» y no
el de «socialista» para llamar a la Liga que fundaron en 1847 y al manifiesto de la misma hecho público al año siguiente. Engels explicó en 1890 que en
aquellos años «la parte de los obreros que, convencida de la insuficiencia de
las revoluciones meramente políticas, exigía una transformación radical de la
sociedad, se llamaba entonces comunista»
mientras que la mayoría de los que se hacían llamar «socialistas» «se hallaban
fuera del movimiento obrero y buscaban apoyo más bien en las clases
"instruidas"», «y como nosotros ya en aquel tiempo sosteníamos muy
decididamente el criterio de que "la emancipación de la clase obrera debe
ser obra de la clase obrera misma", no pudimos vacilar un instante sobre
cuál de las dos denominaciones procedía elegir».17
Después de
1848, los términos «socialismo» y «comunismo» se afirmaron y se superpusieron,
identificándose en unos períodos y diferenciándose en otros, y también se
utilizaron para caracterizar etapas de desarrollo histórico distintas.18 El sociólogo francés Émile Durkheim afirmó
que en el «comunismo», a diferencia del «socialismo», la contribución a la
producción común era libre y no planificada mientras que el consumo se vivía en
común.19 Poco después Lenin en El
Estado y la revolución (1917)
utilizó la palabra «socialismo» para referirse a la primera etapa en la
consecución de la sociedad sin clases o «comunismo», caracterizada por la
organización colectiva de la producción y la distribución en tanto que el
consumo seguiría siendo particular.20
Según el marxismo, en un sistema socialista, al
establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de producción,
desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con
esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, una forma de explotación por vía
económica. Por lo tanto el socialismo constituye el primer paso para la
extinción de las clases sociales (o comunismo) dando así por superada
la lucha de clases como motor del progreso histórico.21
Socialismo
como movimiento político
Por
extensión se define como socialista a toda doctrina o movimiento que aboga por
su implantación. Frecuentemente existen diferentes movimientos políticos que
adoptan el título de Socialismo: desde aquella fecha existen ideas de búsqueda
del bien común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de
construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las variantes
pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas), o al intervencionismo, definiciones de socialismo o de sus
métodos que pueden variar drásticamente según varíen los interlocutores
políticos y que algunas veces se distancian en mayor o menor medida de su
etimología: estatistas, nacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, corporativistas de Estado o fascistas, socialistas de renta, socialistas de mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc.
El
socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece
vinculado con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por,
para, o en función de, una clase trabajadora organizada originariamente sin un
orden económico propio, y para el cual debe crearse uno público (por vía del
Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas
institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases
estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era
originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es
deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento
socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los
principios que se persiguen.
Existen
diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de acuerdo en
que están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el siglo
XIX, en las luchas de los trabajadores siguiendo los principios de
solidaridad y vocación a una sociedad igualitaria, con una economía que pueda, desde su punto de vista,
servir a la totalidad de la población en vez de a unos pocos.
Por otro
lado el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el
transcurso del tiempo. Así en el marxismo-leninismo el socialismo es considerado como la
fase previa al comunismo, mientras que en la socialdemocracia con el término de socialismo se alude
a la redistribución de la riqueza mediante la aplicación de un sistema fiscal
progresivo.
Capitalismo
El capitalismo es un
orden o sistema social y económico que deriva del usufructo de la propiedad
privada sobre el capital como herramienta de producción, que
se encuentra mayormente constituido por relaciones empresariales vinculadas a
las actividades de inversión y obtención de beneficios, así como de
relaciones laborales tanto autónomas como asalariadas subordinadas a fines mercantiles.
En el capitalismo, los individuos, y las empresas usualmente representadas por los
mismos, llevan a cabo la producción de bienes y servicios en forma privada e
independiente, dependiendo así de un mercado de consumo para la obtención de recursos. El intercambio de los mismos se
realiza básicamente mediante comercio
libre y, por
tanto, la división del trabajo se desarrolla en forma mercantil y
los agentes económicos dependen de la búsqueda de beneficio. La distribución se organiza, y las unidades de producción se fusionan o separan, de acuerdo a
una dinámica basada en un sistema de precios para los bienes y servicios. A su vez, los precios se forman
mayoritariamente en un mercado que
depende de la interacción entre una oferta y una demanda dadas por las elecciones de
productores y consumidores, y
estos a su vez son necesarios para la coordinación ex-post de una economía
basada en el intercambio de mercancías.
El origen etimológico de la palabra capitalismo proviene de la idea de capital y su uso para la propiedad privada
de los medios de producción, sin embargo, se relaciona mayormente
al capitalismo como concepto con el intercambio dentro de una economía de mercado que es su condición necesaria, y a la propiedad privada absoluta o burguesa que es su corolario previo. El origen de la palabra puede
remontarse antes de 1848 pero no es hasta 1860 que llega a ser una corriente
como tal y reconocida como término, según las fuentes escritas de la época.
Se denomina sociedad
capitalista a toda aquella
sociedad política y jurídica originada basada en una organización racional del
trabajo, el dinero y la utilidad de los recursos de producción, caracteres
propios de aquel sistema económico. En
el orden capitalista, la sociedad está formada por clases
socioeconómicas en vez de estamentos como son propios del feudalismo y otros órdenes pre-modernos. Se distingue de este y otras formas
sociales por la posibilidad de movilidad
social de los
individuos, por una estratificación social de tipo económica, y por una distribución de la renta que depende casi enteramente de la
funcionalidad de las diferentes posiciones sociales adquiridas en la estructura
de producción.
El nombre de sociedad capitalista se adopta usualmente debido al hecho de
que el capital como relación de producción se convierte dentro de esta en un
elemento económicamente predominante. La
discrepancia sobre las razones de este predominio divide a las ideologías
políticas modernas: el
enfoque liberal smithiano se
centra en la utilidad que el capital como relación social
provee para la producción en una sociedad comercial con una amplia división del trabajo,
entendida como causa y consecuencia de la mejora de la oferta de consumo y los mayores ingresos por vía del salario respecto del trabajo autónomo, mientras que el enfoque socialista marxista considera que el capital como
relación social es precedido (y luego retroalimentado) por una
institucionalizada imposibilidad social de sobrevivir sin relacionarse con los
propietarios de un mayor capital físico mediante el intercambio de trabajo
asalariado.
La clase
social conformada
por los creadores y/o propietarios que proveen de capital a la organización
económica a cambio de un interés se la describe como "capitalista", a
diferencia de las funciones empresariales cuyo éxito se traduce en forma de ganancia y de las gerenciales ejecutadas a cambio de un salario. Vulgarmente se describe desde el siglo
XVIII como "burguesía" tanto a este conjunto social como al de los
empleadores de trabajo de una moderna sociedad industrial, pero la burguesía se origina en las ciudades de la
sociedad rural medieval y está constituida por propietarios auto-empleados cuya naturaleza da origen al
capitalismo moderno.
Existen diferentes apreciaciones sobre la naturaleza del capitalismo según la perspectiva
social e ideológica desde la cual se lo analice.
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