En paz
Amado Nervo
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo,
vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡más tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡más tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Poeta
mexicano perteneciente al movimiento modernista, escritor de obras como:
“Perlas negras”, “El éxodo y las flores
del camino”, “Lira heroica”, entre otras
obras.
El poema trata sobre lo agradecido que está el autor por la
vida que llevó muy cerca de la muerte.
Los versos son de arte mayor y la rima es consonante.
Éxtasis
Amado Nervo
Cada rosa gentil ayer nacida,
cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida...
¡Nunca se cansan de mirar mis ojos
el perpetuo milagro de la vida!
Años a que contemplo las estrellas
en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez más bellas.
Años a que en el mar, conmigo a solas,
de las olas escucho las querellas,
y aun me pasma el prodigio de las olas!
Cada vez hallo la Naturaleza
más sobrenatural, más pura y santa,
Para mí, en rededor, todo es belleza;
y con la misma plenitud me encanta
cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida...
¡Nunca se cansan de mirar mis ojos
el perpetuo milagro de la vida!
Años a que contemplo las estrellas
en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez más bellas.
Años a que en el mar, conmigo a solas,
de las olas escucho las querellas,
y aun me pasma el prodigio de las olas!
Cada vez hallo la Naturaleza
más sobrenatural, más pura y santa,
Para mí, en rededor, todo es belleza;
y con la misma plenitud me encanta
La boca de la madre cuando reza
que la boca del niño cuando canta.
Quiero ser inmortal, con sed intensa,
porque es maravilloso el panorama
con que nos brinda la creación inmensa;
porque cada lucero me reclama,
diciéndome, al brillar: «Aquí se piensa,
también aquí se lucha, aquí se ama».
que la boca del niño cuando canta.
Quiero ser inmortal, con sed intensa,
porque es maravilloso el panorama
con que nos brinda la creación inmensa;
porque cada lucero me reclama,
diciéndome, al brillar: «Aquí se piensa,
también aquí se lucha, aquí se ama».
Poeta mexicano
perteneciente al movimiento modernista, escritor de obras como: “Perlas
negras”, “El éxodo y las flores del
camino”, “Lira heroica”, entre otras
obras.
El poema expresa la belleza que siente el autor por la vida y
por todo lo que le rodea.
Los versos son de arte mayor y la rima es consonante.
Rima 77(XLVI)
Gustavo
Adolfo Bécquer
Me ha herido recatándose
en las sombras,
Sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
Partióme a sangre fría el corazón.
Y ella prosigue alegre su camino,
Feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué?
Porque no brota sangre de la herida.
Porque el muerto está en pie.
Sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
Partióme a sangre fría el corazón.
Y ella prosigue alegre su camino,
Feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué?
Porque no brota sangre de la herida.
Porque el muerto está en pie.
Bécquer fue un poeta español perteneciente al movimiento del
romanticismo, escribió muchos poemas con el nombre de Rimas.
Habla de un engaño que sufrió el autor que le ocasionó mucho
dolor al tal grado de compararlo con la muerte.
Tiene rima asonante, un verso de arte menor y siete de arte
mayor.
Mario Benedetti
Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las cuatro
Y acabo la planilla y pienso diez minutos
Y estiro las piernas como todas las tardes
Y hago así con los hombros para aflojar la espalda
Y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Cuando miro el reloj y son las cuatro
Y acabo la planilla y pienso diez minutos
Y estiro las piernas como todas las tardes
Y hago así con los hombros para aflojar la espalda
Y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las cinco
Y soy una manija que calcula intereses
O dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
O un oído que escucha cómo ladra el teléfono
O un tipo que hace números y les saca verdades.
Cuando miro el reloj y son las cinco
Y soy una manija que calcula intereses
O dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
O un oído que escucha cómo ladra el teléfono
O un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte por sorpresa
Y decirme "¿Qué tal?", y quedaríamos
Yo con la mancha roja de tus labios
Tú con el tizne azul de mi carbónico.
Cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte por sorpresa
Y decirme "¿Qué tal?", y quedaríamos
Yo con la mancha roja de tus labios
Tú con el tizne azul de mi carbónico.
El autor se
lamenta que una persona importante se haya alejado de él.
Benedetti fue un poeta uruguayo, entre sus poemas se encuentran: “Quemar las naves”, “A ras de sueño”, “Cuando éramos niños”, entre otros.
Benedetti fue un poeta uruguayo, entre sus poemas se encuentran: “Quemar las naves”, “A ras de sueño”, “Cuando éramos niños”, entre otros.
José Luis Borges
I
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado,
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
Y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
La muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado,
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
Y te puede matar una guitarra.
II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
La muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Los versos son de arte mayor y la rima es consonante.
El poema habla de una separación amorosa, que ha dejado a los
dos muy tristes.
Borges fue un escritor argentino, uno de los autores más
destacados del siglo XX, candidato al premio Nobel de Literatura por casi
treinta años.
Rubén Darío
Ajena al dolo y al sentir artero,
Llena de la ilusión que da la fe,
Lazarillo de Dios en mi sendero,
Francisca Sánchez, acompáñame...
Llena de la ilusión que da la fe,
Lazarillo de Dios en mi sendero,
Francisca Sánchez, acompáñame...
En mi pensar de duelo y de martirio
Casi inconsciente me pusiste miel,
Multiplicaste pétalos de lirio
Y refrescaste la hoja de laurel.
Casi inconsciente me pusiste miel,
Multiplicaste pétalos de lirio
Y refrescaste la hoja de laurel.
Ser cuidadosa del dolor supiste
Y elevarte al amor sin comprender;
Enciendes luz en las horas del triste,
Pones pasión donde no puede haber.
Y elevarte al amor sin comprender;
Enciendes luz en las horas del triste,
Pones pasión donde no puede haber.
Seguramente Dios te ha conducido
Para regar el árbol de mi fe,
Hacia la fuente de noche y de olvido,
Francisca Sánchez, acompáñame...
Para regar el árbol de mi fe,
Hacia la fuente de noche y de olvido,
Francisca Sánchez, acompáñame...
Sor Juana
Inés de la Cruz
Hombres necios que acusáis
A la mujer sin razón,
Sin ver que sois la ocasión
De lo mismo que culpáis:
Si con ansia sin igual
Solicitáis su desdén,
¿Por qué queréis que obren bien
Si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
Y luego, con gravedad,
Decís que fue liviandad
Lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
De vuestro parecer loco
El niño que pone el coco
Y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
Hallar a la que buscáis,
Para pretendida, Thais,
Y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
Que el que, falto de consejo,
Él mismo empaña el espejo,
Y siente que no esté claro?
Con el favor y desdén
Tenéis condición igual,
Quejándoos, si os tratan mal,
Burlándoos, si os quieren bien.
Siempre tan necios andáis
Que, con desigual nivel,
A una culpáis por cruel
Y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
La que vuestro amor pretende,
Si la que es ingrata, ofende,
Y la que es fácil, enfada?
Más, entre el enfado y pena
Que vuestro gusto refiere,
Bien haya la que no os quiere
Y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
A sus libertades alas,
Y después de hacerlas malas
Las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
En una pasión errada:
La que cae de rogada,
O el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
Aunque cualquiera mal haga:
La que peca por la paga,
O el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
De la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
O hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
Y después, con más razón,
Acusaréis la afición
De la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
Que lidia vuestra arrogancia,
Pues en promesa e instancia
Juntáis diablo, carne y mundo.
A la mujer sin razón,
Sin ver que sois la ocasión
De lo mismo que culpáis:
Si con ansia sin igual
Solicitáis su desdén,
¿Por qué queréis que obren bien
Si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
Y luego, con gravedad,
Decís que fue liviandad
Lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
De vuestro parecer loco
El niño que pone el coco
Y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
Hallar a la que buscáis,
Para pretendida, Thais,
Y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
Que el que, falto de consejo,
Él mismo empaña el espejo,
Y siente que no esté claro?
Con el favor y desdén
Tenéis condición igual,
Quejándoos, si os tratan mal,
Burlándoos, si os quieren bien.
Siempre tan necios andáis
Que, con desigual nivel,
A una culpáis por cruel
Y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
La que vuestro amor pretende,
Si la que es ingrata, ofende,
Y la que es fácil, enfada?
Más, entre el enfado y pena
Que vuestro gusto refiere,
Bien haya la que no os quiere
Y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
A sus libertades alas,
Y después de hacerlas malas
Las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
En una pasión errada:
La que cae de rogada,
O el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
Aunque cualquiera mal haga:
La que peca por la paga,
O el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
De la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
O hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
Y después, con más razón,
Acusaréis la afición
De la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
Que lidia vuestra arrogancia,
Pues en promesa e instancia
Juntáis diablo, carne y mundo.
Rima consonante, versos de arte
menor, el poema busca denunciar la discriminación hacia la mujer en época de
Sor Juana Inés de la cruz.
Federico
García Lorca
La noche no quiere venir
Para que tú no vengas
Ni yo pueda ir.
Para que tú no vengas
Ni yo pueda ir.
Pero yo iré,
Aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú no vendrás
Con la lengua quemada por la lluvia de sal.
Con la lengua quemada por la lluvia de sal.
El día no quiere venir
Para que tú no vengas,
Ni yo pueda ir.
Pero yo iré
Entregando a los sapos mi mordido clavel.
Para que tú no vengas,
Ni yo pueda ir.
Pero yo iré
Entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
Por las turbias cloacas de la oscuridad.
Por las turbias cloacas de la oscuridad.
Ni la noche ni el día quieren venir
Para que por ti muera
Y tú mueras por mí.
Para que por ti muera
Y tú mueras por mí.
El poema
tiene versos de Arte mayor y de Arte menor.
La rima
es asonante.
El poema
habla de una persona que está enamorada pero ese amor no es correspondido, pero
de todas formas hará lo que sea posible para enamorar a la otra persona.
Fue un
poeta español, sus poemas más famosos fueron: “Gacela de la terrible
presencia”, “Alba”, “Muerto de amor” y “La ciudad sin sueño”
Manuel Gutiérrez Nájera
Idos, dulces ruiseñores:
Quedó la selva callada,
Y a su ventana, entre flores,
No sale mi enamorada.
Notas, salid de puntillas;
Está la niñita enferma...
Mientras duerma en mis rodillas,
Dejad ¡oh notas!, que duerma.
Luna que en marco de plata
Su rostro copiabas antes,
Si hoy tu cristal lo retrata
Acaso, luna, la espantes.
Al pie de su lecho queda
Y aguarda a que buena esté,
Coqueto escarpín de seda
Que oprime su blanco pie.
Guarda tu perfume, rosa;
Guarda tus rayos, lucero,
Para decir a mi hermosa,
Cuando sane, que la quiero.
Quedó la selva callada,
Y a su ventana, entre flores,
No sale mi enamorada.
Notas, salid de puntillas;
Está la niñita enferma...
Mientras duerma en mis rodillas,
Dejad ¡oh notas!, que duerma.
Luna que en marco de plata
Su rostro copiabas antes,
Si hoy tu cristal lo retrata
Acaso, luna, la espantes.
Al pie de su lecho queda
Y aguarda a que buena esté,
Coqueto escarpín de seda
Que oprime su blanco pie.
Guarda tu perfume, rosa;
Guarda tus rayos, lucero,
Para decir a mi hermosa,
Cuando sane, que la quiero.
Manuel Gutiérrez Nájera fue un
poema mexicano apodado “El duque de Job”, fue el fundador del modernismo
literario en México.
El poema trata de las ansias del
autor para que su amada sane de su enfermedad.
Los versos son de Arte menor.
La rima es consonante.
Soneto XI
Pablo Neruda
Tengo hambre de tu
boca, de tu voz, de tu pelo
Y por las calles voy sin nutrirme, callado,
No me sostiene el pan, el alba me desquicia,
Busco el sonido líquido de tus pies en el día.
Estoy hambriento de tu risa resbalada,
De tus manos color de furioso granero,
Tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
Quiero comer tu piel como una intacta almendra.
Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
La nariz soberana del arrogante rostro,
Quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
Y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
Buscándote, buscando tu corazón caliente
Como un puma en la soledad de Quitratúe.
Y por las calles voy sin nutrirme, callado,
No me sostiene el pan, el alba me desquicia,
Busco el sonido líquido de tus pies en el día.
Estoy hambriento de tu risa resbalada,
De tus manos color de furioso granero,
Tengo hambre de la pálida piedra de tus uñas,
Quiero comer tu piel como una intacta almendra.
Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura,
La nariz soberana del arrogante rostro,
Quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas
Y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo
Buscándote, buscando tu corazón caliente
Como un puma en la soledad de Quitratúe.
Los
versos de este poema son de arte mayor.
Pablo
Neruda era un poeta chileno, considerado uno de los mejores poetas por Gabriel
García Márquez, ganador del premio Nobel de Literatura de 1971.
El
poema habla de que quiere estar con la persona a la que ama, pero eso no es
posible, lo cual hace que se ponga triste.
El
poema tiene rima asonante.
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